Es la vedette de “La fiesta está en el Lago”, en Villa Carlos Paz. Luego de un año repleto de escándalos, el amor logró apaciguarla. Y en el trabajo, ahora quiere probar con la música y ser la Britney Spears argentina. Los sueños de una chica de “veintipico”.
Mientras Nazarena corre por la calle a los gritos, Garbellano sale en la tele para defenderse, Moria hace de mediadora y Belén Francese opina sobre lo que se convirtió en “el” escándalo de Carlos Paz, Flor de la V y su elenco de “La fiesta está en el lago” miran desde afuera y en voz baja cortan tickets en la boletería sin parar –o eso dicen–. “Nos está yendo increíble, somos primeros nacionales en público y en recaudación de entradas. Son 1.600 personas por día porque el teatro tiene capacidad para 800 y llenamos dos funciones todos los días”, dice con orgullo la blonda Adabel Guerrero que, contrariamente a lo que fue su verano pasado en Mar del Plata, decidió mantener el perfil más bajo y poner énfasis en lo profesional antes que en lo mediático.
–¿Considera que sigue aprendiendo o ya se dedica a demostrar lo que sabe?
–No, nunca termino de aprender, para nada. Es más, este año estoy estudiando canto. Voy a
estudiar canto a morir y voy a ponerme a estudiar teatro.
–¿Se viene Adabel cantante?
–Sí, a full. No sé qué oportunidades voy a tener este año o el que viene, pero yo me sigo preparando para hacer algo copado porque me tengo mucha fe en ese aspecto. Y también me tengo mucha fe en lo actoral.
–¿Intenta abarcar todos los ámbitos?
–Todos los que a mí me gustan. Incluso, cantar me gusta más que bailar, con eso te digo todo. Lo
que pasa es que a mí me mandaron de chiquita a estudiar danza. Igualmente me parece perfecto cómo se dio todo porque uno bailar puede bailar hasta cierta edad, en cambio con el canto creo que a los “veintipico” de años es la edad justa para empezar a estudiar y es mucho más larga la carrera.
–¿“Veintipico” de años?
–Obvio (risas), ¡no te voy a decir cuántos! Digo “veintipico” ahora, ya aprendí.
–Volvamos al canto. ¿Le gustaría hacer un estilo pop, a lo Madonna?
–Me gustaría ser como Madonna por sus shows, por cómo baila. También un estilo Cristina Aguilera, Britney Spears. Me gusta lo que es reggaeton, que está de moda. Porque no hay que pensar solamente en lo que a uno le gusta, sino también en lo que va a funcionar, hay que ser inteligente al momento de encararlo.
–¿Hasta qué punto juega con lo mediático?
–Eso lo tuve que aprender a la fuerza. Si yo no hacía nada mediático me iba a morir en las ganas de hacer cosas. A veces uno critica mucho todo ese tema, pero convengamos que estamos en un país en el que la gente consume eso. Y si la gente consume eso, los programas de televisión venden eso, porque, obviamente, todo es un negocio de compraventa. Si yo no pongo en el mercado un producto que los productores van a comprar, me quedo en mi casa estudiando canto toda la vida. Mirá, si no tenés esa viveza de volverte mediática para surgir, tenés que tener una palanca que te meta a laburar, algún conocido, algo. Y como yo no tengo palanca para que me metan a laburar en ningún lado…, entonces busqué la manera, y la manera era hacer escándalo, mostrando culo y teta.
–La otra opción era esperar como Laura Fidalgo o Valeria Archimó, a quienes la popularidad les llegó pasados los 30.
–Convengamos que hay gente, como te dije, que tiene contactos para entrar, entonces es más fácil. Pero bueno, por el tema de la edad quizás no se avivaron antes, no les dieron la oportunidad antes. Yo tuve que salir a laburar porque si no, no tenía para comer. Y en esa necesidad de mantenerme y tener dos con cincuenta todos los días para comer y viajar en bicicleta, dije: “no, tengo que hacer algo”. Inmediatamente vi el negocio, dejé las puntas de lado, el tutú, el rodete, y me puse los tacos y me puse a hacer revista porque lo vi mucho más rentable. Cuando uno tiene una necesidad, surgen las ganas y las ideas. Siempre manteniéndome en una línea de la que voy a estar orgullosa el resto de mi vida: de hacer las cosas por mi inteligencia y no por mi cuerpo nada más. Lo uso pero con un objetivo pensado. Yo siempre dije lo mismo: “voy a mostrar culo y teta hasta que sea necesario; cuando deje de ser necesario, dejaré de mostrar porque ya no me interesa”.
–¿Su novio, Martín, es celoso?
–No, cero. Es más, se divierte más él que yo con lo que hago.
–¿Por qué fue todo tan rápido? Están juntos desde septiembre y ya se comprometieron.
–Te juro que yo era de ésas que decían “no me caso ni en pedo, viviré, tendré hijos, pero casarme, no”. Mi psicóloga me decía: “es que todavía no conociste a la persona, por eso no sentís que te podés llegar a casar. Cuando conozcas a la persona lo vas a sentir”. Y me pasó así. Cuando lo conocí a Martín fue muy especial. Pensé que no me iba a llegar, honestamente. Pero creo que lo necesitaba porque estaba en una vorágine laboral muy atormentadora, estaba con muchísimo trabajo, con “Patinando...”, “Bailando…”, con el teatro, unas presentaciones en el interior. Cuando llegó Martín fue como un bálsamo, por fin un poco más de paz.
–Fue paz hasta por ahí, porque al principio fue una relación con conflictos, ¿no?
–Lo que le pasó a Martín fue que como a él tampoco le pasó de sentir que había encontrado al amor de su vida, tampoco le urgió el divorcio. Él ya estaba separado de palabra y ya no convivía, pero no tenía apuro por divorciarse porque tampoco pensó que se fuera a enamorar en el corto plazo. Pero bueno, cuando me conoció le pasó como a mí, que nos enamoramos de una, empezamos a estar pegoteados todo el tiempo. Él sintió la necesidad de divorciarse lo más rápido posible para no tener ningún tipo de problemas, digamos. Fue una prueba de amor.
–¿Y ahí hubo problemas con la ex?
–Lo que pasa es que la ex…, ¿viste cuando uno se separa que conserva la ilusión de volver, aunque te lleves mal? Bueno, esa fantasía de volver está, aunque sea por los nenes. Y, obviamente, cuando vio que Martín estaba con otra mujer, ahí le cayó la ficha y no le gustó nada. Pero fijate que inmediatamente se le pasó, están divorciándose normalmente.
–¿Cree que tuvo influencia el hecho de que usted sea famosa, una vedette con curvas despampanantes?
–No, no fue por una cuestión de envidia, fue más por una cuestión de que se haga pública su vida privada. Vos te separás de tu marido, te estás divorciando y sale en todos los programas de televisión, es una cagada. Fue como algo nuevo y muy chocante.
–¿Les gustaría formar una familia juntos?
–Sí, obvio. Ya tenemos muchos planes de estar juntos, de tener nuestra casa. Obviamente, esto es a largo plazo, tenemos toda la vida para hacerlo, pero por lo menos ya se habla del tema, se proyectan cosas cuando antes yo no proyectaba ni en pedo.
–Bueno, pero tiene tiempo porque tiene “veintipico”.
–Por eso, recién tengo “veintipico” (risas).
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